Mes marista, mes mariano



Estimados hermanos conspicuos: Un fraternal saludo con las buenas nuevas por iniciar nuestro mes mariano, recordado mes de actividades en el colegio y que quedó marcado en nuestra vida, por ser el mes de la Virgen María...

Qué lindo iniciar estas líneas felicitando y enviando un saludo de corazón a todas las mamás de los conspicuos que todavía nos acompañan en el peregrinar de la vida terrenal y también nuestro recuerdo y un beso al Cielo para las mamás que ya pertenecen al grupo de los ángeles y rezan por nosotros...

Quiero aprovechar la oportunidad y también saludar a las madres de nuestros hijos e hijas, quienes a diario brindan de sí para colaborar con Dios en la administración de la vida de nuestros hijos... Felicidades.

Para ustedes mis estimados hermanos pedirles recordar el mes mariano con la intención: "Quien vive un buen mes mariano, asegura beneficios del Cielo para el resto de los meses del año..." Se imaginan la felicidad de Jesús resucitado en que nosotros festejemos lo grande y extraordinario que fue y es ser la madre de Dios como fue la Virgen María... Treinta días para saludarla, halagarla y, por qué no, solicitarle que nos enseñe día a día a acercarnos a su hijo Jesús...

Recordemos como buenos maristas que los tres lugares excelentes para acompañar a Jesús son: el pesebre (recordando Belén ); la cruz (recordando el calvario); y sobre todo el Sagrario (Jesús vivo, resucitado para nosotros)... En todos esos lugares esta presente a su lado la Virgen María... nuestra buena madre... Entonces es la oportunidad de que ella nos escuche y nos lleve a Jesús... "Todo a Jesús por María... todo a María para Jesús..."

No olvidemos rezar la Salve... el Recordaos... las tres Ave Marías.....el Ángelus... ¿Recuerdan: “Cuántas veces siendo niño te recé...” (aquél canto del colegio) y algunas prácticas que siempre son buenas para nosotros y también para nuestros hijos.

25 años hemos cumplido de dejar las aulas pero cumpliremos muchos mas mil y mil amando y defendiendo a la Virgen...

Una madre es para los buenos y sobre todo para los hijos más difíciles o complicados, seguro nosotros somos uno de ellos, empezando por mi persona... pero sintámonos felices pues Ella nos acoge a todos y nos está esperando para dar paz, alegría, y mucho más a nuestras vidas.

Quiero agradecer a Dios por habernos dado a San Marcelino Champagnat, quien nos enseñó a conocer a la Madre de Dios: "Nuestra buena madre"...

Para ustedes como siempre mi amistad y agradecimiento por pertenecer a la conspicua.

Nos veremos en un próximo amanecer de entusiasmo marista y si por allí ya no nos vemos Dios se encargará de juntarnos siempre en el espíritu.

Un abrazo y un corazón de servicio para cada uno de ustedes.

Harry

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