En el circo romano

Gracias a una nueva colaboración de nuestro amigo Manuel Terrones, de la promoción 84, hemos conseguido el tercer poema que el Hno. Rubén nos hizo recitar en los Juegos Florales 1983. Se trata de "En el Circo Romano", de Juan Antonio Cavestany, que en los juegos de 1983 fue declamado por Martín Landers. Manuel nos cuenta que también lo recitaron cuando el Hno. Rubén fue su tutor en el año 84.

Luego de tantos años podemos volver a leer este hermoso poema y su mensaje. En realidad, en aquella época no le presté la debida atención, pero ahora que lo he leído detenidamente... ¡qué fuerte la fe de Marciano! Es un bellísimo poema. Deben acordarse de la forma como el Hno. Rubén daba las indicaciones para que fuera declamado, diciendo la frase "Te perdono, Nerooooón..." alargando la o mientras diminuía la voz y movía su mano hasta que todo quedaba en silencio.

Recuerden que también hemos publicado "Los motivos del Lobo", de Rubén Darío (declamada por Beto Román) y "La Inteligencia", de León Tolstoi (declamada por Hernán Flores).

En el Circo Romano
Poema de Juan Antonio Cavestany

Marciano, mal cerradas la heridas
que recibió ayer mismo en el tormento,
presentóse en la arena sostenido
por dos esclavos; vacilante y trémulo.

Causó impresión profunda su presencia.
“¡Muera el cristiano, el incendiario, el pérfido!”
gritó la multitud con un rugido
por lo terrible, semejante al trueno.

Como si aquel insulto hubiera dado
vida de pronto y fuerza al enfermo,
Marciano al escucharlo, irguióse altivo,
desprendióse del brazo de los siervos,
alzó la frente, contempló a la turba
y con raro vigor, firme y sereno
cruzando solo la sangrienta arena,
llegó al pie mismo del estrado regio.

Puede decirse que el valor de un hombre
a más de ochenta mil impuso miedo,
porque la turba al avanzar Marciano
como asustada de él guardo silencio;
llegando a todas partes sus palabras
que resonaron en el circo entero:

-César -le dijo- miente quien afirme
que a Roma he sido yo quien prendió fuego.
Si eso me hace morir, muero inocente
y lo juro ante Dios que me está oyendo.
Pero, si mi delito es ser cristiano,
haces bien en matarme, porque es cierto,
creo en Jesús y practico su doctrina
y la prueba mejor de que en Él creo,
es que en lugar de odiarte ¡te perdono!
y al morir por mi fe, muero contento.

No dijo más, tranquilo y reposado
acabó su discurso, al mismo tiempo
que un enorme león saltaba al circo
la rizada melena sacudiendo.

Avanzaron los dos, uno hacia el otro,
él los brazos cruzados sobre el pecho,
la fiera, echando fuego por los ojos,
y la ancha boca, con delicia abriendo.

Llegaron a encontrarse frente a frente,
se miraron los dos, y hubo un momento
en que el león, turbado parecía,
cual si en presencia de un hombre tan sereno,
rubor sintiera el indomable bruto,
de atacarlo, mirándolo indefenso.

Duró la escena muda, largo rato
pero al cabo, del hijo del desierto
la fiereza venció, lanzó un rugido,
se arrastró lentamente por el suelo
y de un salto cayó sobre su víctima.

En estruendoso aplauso rompió el pueblo.

Brilló la sangre, se empapó la arena
y aún de la lucha en el furor tremendo,
Marciano con un grito de agonía
-Te perdono, Nerón -dijo de nuevo.

Aquel grito fue el último; la zarpa
del feroz animal cortó el aliento
y allí acabó la lucha. Al poco rato
ya no quedaba más de todo aquello
que unos ropajes rotos y esparcidos
sobre un cuerpo también roto y deshecho,
una fiera bebiendo sangre humana
y una plebe frenética aplaudiendo.

Comentarios

  1. ESTE POEMA ES UN BUEN RECUERDO, NERON TE PERDONO........FABIAN.

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  2. magnifica poesia me conmovio inmensamente la recomiendo!!

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  3. Leí el poema... es increíble la fuerza del lenguaje cuando hablas las palabras correctas. me quedé muy impresionado... otra vez.

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    Respuestas
    1. Pero al cabo"del hijo del decierto la fiereza venció"
      Estafrase me gusta mucho porque usa mucha imaginación para referirse al león. Bello poema

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    2. Desierto, no decierto

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  4. Como cristiano, encuentro que este poema refleja muy bien el espíritu que nos legó Jesús: perdón y, aún, amor a nuestros enemigos.
    Este poema lo encontré recorriendo las páginas con "el circo" en busca de un poema del maestro colombiano Guillermo Valencia con ese o parecido título. El primer verso dice: Como una gigantesca roca empina. Y el segundo: El circo de Nerón la frente oscura.
    Si alguien que lea este comentario sabe dónde localizar este poema, lo agradezco por anticipado.

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    Respuestas
    1. https://www.google.com/url?sa=t&source=web&rct=j&opi=89978449&url=https://docplayer.es/amp/234532591-En-el-circo-fragmentos-de-un-poema.html&ved=2ahUKEwjS2sHmsq6BAxU6K1kFHWL5ALkQFnoECCoQAQ&usg=AOvVaw0UiBAbP35mDCUaZ7bhL3Kv

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  5. Desde muy niña había escuchado de labios de mi madre Carmen Garcés, ésta poesía; sin embargo al leerla detenidamente pude observar detalles tantas veces ignorados.
    Me muestra de manera patente y clara el carácter firme y sereno, libre de venganza y odio que debe desarrollar todo seguidor de Cristo.

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  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  7. Mi mami siendo una niña, iba a la estación de radio y recitaba este poema, a sus 86 años ella se lo sabía de memoria, grandes recuerdos me traen a la mente y me llenan el corazón al volverlo a leer.
    Te amo mami, gracias por tanto!

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  8. Es mío bueno mi abuela de pequeña e lo aprendió en 4 dias

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  9. Gracias por compartir. Mi PADRE NOS DERCLAMABA ESTA POESIA.

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  10. Fuerte este poema yo no puedo recitarlo sin q mis ojos se llenen de lágrimas.
    Bello poema

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  11. Excelente Poema, muy inspirador
    Habitualmente lo termino: así dice el Señor solo esfuérzate y se muy valiente y Yo te la corona de vida, y mire y los cielos fueron abiertos y el Jues se sentó y los libros fueron abiertos y allí estaba Marciano y Junto a todo fiel Cristiano brillará cual estrella en el firmamento.

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  12. Guadalupe Peña Cortés
    Tengo 71 años y éste poema lo vengo declamando, desde 5to grado de primaria
    Al inicio le falta la frase, la muerte de Marciano
    E

    S.E

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  13. Es motivo de reflexión cristiana
    Cómo entrega su vida a cambio de su fé.
    Y cómo el autor se inspira y da su tiempo
    Guadalupe Peña Cortés

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