¡Un poquito de picante... y nada más!

Domingo, 9 de la mañana. Algunos hemos iniciado recién el sueño, un sonido musical nos hace abrir ojo por ojo y mirar el celular, ganas no nos falta para lanzarlo lejos y seguir durmiendo, pero como ahora están caros los celulares es mejor tratarlos con cariño…”¡Hey, despierta!” Una voz algo apresurada pero cordial, es la que se escucha en el celu... Era nuestro conspicuo Hernán que iniciaba su día despertando en primer lugar a Carlitos y no faltaba más, ¡carajo... no dejas de fregar!, era la esperada respuesta... Minutos después ya varios conspicuos, en distintos lugares de la ciudad despertaban con sus primeros trajines para partir a Chosica.

Desde muy temprano un mantel marrón adornó la mesa para nuestro reencuentro, una parrilla ya limpia preparada, por nada menos y nada más que “Pulpín” César... Por las cualidades que Dios le brindó en las extremidades, fue quien adornó y preparó la parrilla... hubieran visto la capacidad en tener trinche, espátula, bolsa de sal e ir acomodando la carne... sí no fuera para más, con un salud tomaba su cerveza… Bienaventurados los de mil extremidades para el servicio de los demás… (Ah, no olvidamos que semanas atrás se corrió El Derby, el mejor clásico hípico del Perú, y no podían faltar entre los caballos ganadores de 3 años, el de nuestro conspicuo y que por obra y magia lleva el mismo nombre “PULPIN”; dos mil cuatrocientos metros destinados a ser el mejor, en los últimos 260 metros se acercó por fuera, alcanzando un formidable placé (segundo lugar en la hípica) que pagó 4.30 por boleto...) ¿Se imaginan ahora la cantidad de verdes que guardó esa tarde Cesitar? Se fue de viaje a Suecia una semana, pero no podernos quejarnos pues el día de la parrilla se manifestó y de lo mejor... Bien por él y por nosotros. Se acerca su cumple…

Siendo las doce del día, gritos, sirenas y salvavidas corrían a la piscina principal. La gente de las mesas, asustada, también se acercaban presurosos a buscar a sus hijos... Luego de unos minutos de silencio la gente empezó a regresar... Nuestro conspicuo Carlitos queriendo recordar sus tiempos se había lanzado a la piscina, olvidándose que en estos días pesa 120 kilos y en el pasado era un adolescente que solo pesaba 54... El rebote creó hasta olas artificiales en la piscina... Fue espantoso...

Pero el miedo no fue solamente por eso… En la orilla se encontraba Fidel y “Chupaca”, que entre los dos pesan 380 kilos... Los niños y adultos que se encontraban dentro del agua pensaron que ellos también saltarían y sería el tsunami del Bosque... Luego de este incidente pasaron unos minutos en la administración firmando un compromiso de invitados pero con ciertas limitaciones, sobre todo referidas a las piscinas… ¡Siempre en los paseos hay algún susto pero termina en alegría!

“Yo se la hago”, “yo se la hago”, repetía Raúl y caminaba en dirección a la vendedora de picarones... Carlitos ya llevaba minutos haciendo cola y cuando llega se compra una porción, a pocos metros lo esperábamos cuatro promos, en el momento preciso se atacó... Carlos solamente miró un plato vacío con algo de miel oscura que duró menos de un minuto... Un grito se escuchaba: “Te acuerdas cuando le quitabas la comida a Collazos…” No pueden imaginarse a nuestro querido conspicuo, el loco Carlos, que amargo y en silencio se fue a sentar... no nos habló como 10 minutos, hasta caricias le hicimos y nada... Pero nunca se imaginó que la idea fue de Goyito y Raulito Puertas. No te preocupes Carlos, fuera del Estadio Nacional venden picarones y cuestan más baratos con su porción de anticucho… Carlitos prometió, para nuestros últimos días de vida, desconectarnos las máquinas artificiales de respiración… Así que no le pasen la voz cuando se encuentren enfermos… Cuídense de Carlitos para el próximo reencuentro, jeje...

Al otro extremo del jardín, en un pequeño anfiteatro, yo bailaba y concursaba formando palabras para ganarme un paquetón de papel higiénico y lo logré, para felicidad de mi familia y de mis compañeros conspicuos gané el baile y ahora puedo ingresar al baño tranquilo durante dos semanas...

Nuestro anfitrión Hernán atendió en primer lugar a nuestras familias, 5 estrellas para él, luego fuimos nosotros, en un rincón con papas sancochadas en la mano repetíamos: un poquito más de picante… nada más…

Como adolescentes de 4to y 5to nos divertíamos y... continuará... No se lo pierdan, viene con más picante...

Harry