El nombre de cada uno de nosotros

Un primero de enero a las cinco de la mañana alrededor de una piscina varios conspicuos inician su año entre júbilo y tragos recordando el nombre de cada uno de nosotros; meses después, en un elegante condominio, entre la alegría de un cumpleaños y alrededor de una torta, varios conspicuos recuerdan el nombre de cada uno de nosotros; después de unos días, en un colorido quinceañero de una bella sobrina de la promoción, varios conspicuos recuerdan el nombre de cada uno de nosotros; pasadas unas semanas, y en un perfecto círculo de amistad con las botellas de Cristal en el suelo, suelo que sintió nuestros pasos de niños y adolescentes, suelo que nos vio crecer, en el tradicional Bingo de nuestro querido colegio, varios conspicuos recuerdan el nombre de cada uno de nosotros; así, en el extranjero, en Lima, en Chosica y en mil lugares más, se recuerda el nombre de cada uno de nosotros...

Entonces no tengamos miedo al silencio ni dejemos que el desánimo nos gane; ante el silencio o las pocas reuniones de conspicuos seguimos existiendo y como diría Martín Luther King Jr.: "Al final no nos acordamos tanto de las palabras de nuestros enemigos, sino de los silencios de nuestros amigos".

Para toda época y etapa es necesario el silencio, reconociendo en esa etapa que la amistad alarga más la expectativa de la vida... Por ello continuemos entonces el segundo tiempo de nuestro partido e iniciemos profundamente nuestras comunicaciones. A nuestros integrantes del extranjero los extrañamos y no se olviden de enviar sus fotos de las reuniones y fiestas. A los integrantes de Chosica no olviden preparar alguna reunión de fraternidad y allí estaremos sea como sea. Los de Lima no descuidemos nuestras reuniones y seamos el nexo de las comunicaciones.

Los invito a leer las próximas columnas de Harry, donde contaremos la historia y vida de cada uno de los integrantes de la Conspicua... No se las pierdan. Y recuerden que nuestro blog, gracias a Hernán, sigue existiendo y todos tenemos que contribuir como nuestro primer lugar para comunicarnos.

Y quiero finalizar loqueándonos, para así no perder la costumbre de que César, el loco Carlos y Miguelón nos llamen la atención a Hernán y a mí por las locuras escritas... Pero que importa... Para reflexionar esta semana:

"Nuestra promoción se necesita entre sí, justamente porque no nos necesitamos."

Es para loquearnos y conocer la desinteresada paradoja que demuestra la autenticidad de nuestra amistad, es una secreta fortaleza que los integrantes de la Conspicua la conocemos y la descubrimos, aunque el exterior no la vea...

Mi estima y honor de ser conspicuo.

Harry